No todas las personas creativas viven de esta cualidad. La cosa preocupa cuando nuestra profesión y con ella, nuestros ingresos, dependen de nuestra capacidad para producir permanentemente algo nuevo, rompedor, original.
El concepto y la idea de creatividad es sin duda, mucho más exigente con los que viven de ella. Diseñadores gráficos, escritores, pintores, publicistas, artistas en definitiva, han de ser capaces de dar respuesta a niveles de exigencia muy superiores a los de la mayoría y que no son más que los suyos propios.
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